Coroico

Piel de la Montaña
sonrisa complice de niebla
sinuosa misericordia
de tus labios.

Humedad de ánimas ancestrales
sobre las piedras.

La luciérnaga que a distancia
se reserva la luz
me pide a gritos regresar.

Regresar a sus entrañas
a mirar su plaza cubierta
de música
de cuerpos enamorados y de
extrañas pasiones.

Mirar tus caderas descender
por el camino de la sierpe
hacia la plateada mañana.

Esperar el olor a café que sale
de tu casa
y escuchar ese ritmo allá abajo
de tu vientre...

no me esperes...

no me he ido...

2 comentarios:

Silvia dijo...

MI querido Marce, Coroico ha brillado con tu presencia, y te espera ansioso para una revancha campal, je.
Te abrazo

Anónimo dijo...

Marce, te vuelvo a escrir dicendo que no voy a morir sin antes ir a coroico, quiero senrir lo que describes, quiero también.

 
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